Luego de muchos años, los observadores científicos volvieron a los pequeños barcos cerqueros panameños. En esta oportunidad, su programa tiene dos diferencias importantes en relación al anterior: constituye una iniciativa privada y se realizará durante toda la temporada.
“Hace dos años, las dos compañías que desarrollan esta pesquería, Promarina y Pesquera Taboguilla, descubrieron con sorpresa que un porcentaje importante de sus compradores de harina de pescado rechazaban sus productos debido a su bajo ranking de sostenibilidad”, explicó la ONG Centro Desarrollo y Pesca Sustentable (CeDePesca) a Undercurrent News.
En concreto, los compradores argumentaban que la pesquería no está certificada bajo los estándares del Marine Stewarship Council (MSC) y que su puntaje no era lo suficientemente alto en el ranking de la Sustainable Fisheries Partnership (SFP) en torno a las cuestiones de sostenibilidad.
La primera reacción de estas empresas fue contactar a CeDePesca, que en colaboración con el SFP ya había visitado la pesquería tiempo atrás.
«La gente en la industria aquí estaba realmente convencida de que hacía lo correcto en relación a la gestión de la pesquería” dijo Edwin Medina, director de CeDePesca en Panamá. “De lo que no se daban cuenta es que debían demostrarlo en forma objetiva, y lamentablemente, la información obtenida en el pasado se había perdido”.
En febrero de 2012, Promarina y CeDePesca firmaron un Convenio de Colaboración para realizar un estudio del desempeño de la pesquería contra los estándares del MSC y para diseñar un Proyecto de Mejoras (PROME) basado en sus hallazgos.
El objetivo de la pesquería – que captura principalmente anchoveta panameña (Cetengraulis mysticetus), arenque de hebra (Opisthonema libertate), y cada vez más orqueta (Chloroscombrus orqueta) – es ingresar en la etapa de pre-evaluación para la certificación del MSC. Si todo continúa de acuerdo a lo planeado, la pre-evaluación podría producirse en un año, expresó CeDePesca.
El monitoreo inadecuado
En el pasado, los observadores oficiales cubrían sólo el comienzo de la temporada para asegurar dos criterios: que se cumpliera el límite de tamaño promedio mínimo y que los cerqueros no se desviaran hacia la pesquería de camarón que estaba en veda. Estas actividades se complementaban con el control en tierra de la composición de la captura y su estructura de edad.
Hoy, las temporadas de pesca de camarones y la de peces pelágicos pequeños se inician simultáneamente. Por lo tanto, vigilar que no se produzca la desviación de una pesquería a la otra ya no tiene sentido. En cuanto al monitoreo de los tamaños, la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) llevó el programa a su fin debido a problemas presupuestarios y de personal.
Afortunadamente, con la ayuda de la ARAP y la información proporcionada por la industria, 15 años de datos de captura y esfuerzo han sido laboriosamente reconstruidos.
CeDePesca analizó la información agregada, los datos de esfuerzo estandarizados y realizó una primera evaluación preliminar de los stocks. Este análisis comprobó que los modelos de producción excedente en uso – modelos matemáticos basados en la captura total y los datos de esfuerzo, como el modelo de Schaeffer – no encajan bien con esta pesquería de pequeños pelágicos.
El modelo de producción excedente, al no tomar en cuenta criterios tales como la edad o el tamaño, por lo general no se ajusta bien a las poblaciones pelágicas, que son en su mayoría muy variables y dependientes de las condiciones medioambientales, dijo la ONG.
Los observadores a bordo y funcionarios ARAP en tierra serán desde este mes de mayo quienes recopilarán la información relativa a la edad y el tamaño de los peces.
En su conjunto, los 15 barcos de la pesquería capturan alrededor de 120.000 toneladas métricas al año, obteniendo una producción de alrededor de 25.000 toneladas de harina de pescado. Su mercado está principalmente conformado por plantas para la producción de piensos para acuicultura.
Autogestión
A pesar de su “pobreza” en materia de credenciales de sustentabilidad, esta pesquería de cerco de pequeños pelágicos ha desarrollado su propio modelo de autogestión.
«La pesca se inicia en abril de cada año, después de que el arenque de hebra desova y le deja los caladeros a la anchoveta panameña adulta», explica Medina.
«Cuando los pescadores ven que la anchoveta está desovando a mitad del año, dejan ese stock y se dedican al arenque hasta octubre. Luego, las empresas suspenden las actividades al notar que el arenque ha migrado y que los rendimientos son inferiores a 100 toneladas por semana para el 60% de la flota”.
Las características particulares desplegadas en la autogestión de esta pesquería hacen difícil comprender el ligero descenso de los desembarques a lo largo de los últimos 15 años.
Los datos de captura y esfuerzo no ofrecen ninguna pista adicional En su lugar, indican más bien que la contaminación de las zonas de desove y su proximidad a los manglares costeros que están en declive alrededor de la Bahía de Panamá podrían proporcionar una explicación mejor para esta tendencia.
Al respecto, se está implementando un plan de recuperación para limpiar las aguas de la bahía en los próximos 20 años.
«El estudio de desempeño también mostró la necesidad de recoger información sobre las capturas incidentales con el fin de poner en práctica un enfoque ecosistémico. Este nuevo programa de observadores está también dispuesto para conseguirlo «, dijo Medina.
«La industria está feliz con este programa y con el trabajo activo de CeDePesca», dijo un líder retirado de una de las empresas de harina de pescado de Panamá. “Recuerdo la primera vez que vinieron a visitarnos, hace unos cinco años. Los miramos con desconfianza. Fuimos corteses por supuesto, pero pensamos: ‘estos ecologistas locos están tratando de sacarnos de nuestro negocio’. Ahora estamos agradecidos porque nos dimos cuenta de que todo lo que querían era ayudarnos a hacer mejor el negocio. Son ahora parte de nuestra familia”.
Fuente: Undercurrent News
Traducción: CeDePesca